Transformación digital, ahora o nunca

En palabras simples, transformación digital tiene que ver con las oportunidades y amenazas que surgen a raíz de la aparición de nuevas tecnologías, por tanto, inducen necesariamente cambios relevantes en las personas, en sus organizaciones y sus modelos de negocios. Entonces, se trata de la reorganización de las empresas para adaptarlas a las necesidades que se están presentando y que se presentarán en el futuro. Esto incluye, por supuesto, toda la cadena productiva de la empresa con el objetivo de buscar, a través de la digitalización, ventajas que permitan ser competitivos en el largo plazo. En consecuencia, no se trata de la tecnología utiliizada (Web, redes sociales, big data, la nube, Internet, etc), si no de cómo esta se utiliza para lograr ciertos objetivos y eficientar procesos que permitan, por ejemplo, disminuir considerable y consistentemente la estructura de costos de una empresa, encontrar la manera de hacer algo como nadie más lo hace, mejorar la accesibilidad de clientes a los productos o servicios, captar nuevos clientes en zonas geográficas que tal vez jamás pensaste podrías llegar, entre muchas otras posiblidades de mejora.

Una empresa que no se está digitalizando más temprano que tarde va a perder competitividad y cuando quiera reaccionar, será un punto de no retorno llevándola a la desaparición, aunque en la actualidad esté gozando de buena salud y rentabilidad. Lo que sucede en la realidad es que ingresan nuevos competidores a la industria con estructuras de costos muy eficientes y una oferta sumamente atractiva, con precios que no es posible llegar para las empresa tradicionales porque sus procesos productivos tienen una pesada estructura de costos. Si este ingreso se repite y se repetirá con más empresas hasta que el mercado logre el equilibrio, será cada más más difícil para las empresas establecidas competir sin una propuesta de valor que haga frente a estos nuevos actores que ingresen al mercado.

Uno de los principales errores de las empresas es pensar que por el hecho de tener su página web y presencia en redes sociales, ya están incorporando la transformación digital a sus procesos, sin embargo, solo es una muy mínima parte de la digitalización que tienen relación con acciones de marketing digital cuyos objetivos son muy diferentes y por tanto lejos de ser competitivos. O bien, en el caso de las Pymes creer que no es posible asignar recursos para la “riesgosa” innovación, creer que eso es tirar el dinero a la basura para privilegiar aquellas actividades que por años han mantenido y probablemente estén más cerca de la obsolescencia que de la eficiencia, es el error más grosero que se puede cometer. La innovación disruptiva es la puerta de entrada a la digitalización y todas las empresas, inclusive las Pymes, deberían tener prespuestos para innovación a través de un equipo intengrante de profesionales en la planilla de la empresa o a través de la externalización vía un experto en la materia. Atreverse a innovar es la clave de la transformación digital. Es muy probable que se comentan muchos errores, sin embargo, que aciertes en un proceso compensará todos los fallos que se pueda comenter. Un tercer error habitual, es buscar retornos inmediatos de la inversión en transformación digital y esto no es así, porque se trata de un proceso lento y progresivo en que la empresa deber ir adaptándose a su nueva forma de hacer negocios, a su nueva forma de producir sus productos o servicios o a cualquier nuevo proceso que la innovacion le permita para obtener esa ventaja competitiva que lo hará no solo sobrevivir, sino que competir para crecer y mejorar su cuota de mercado.

Hablar de transformación digital, también tiene que ver con involucrar a toda la organización en ello y los empleados de la empresa no son la excepción en este proceso, que todos hablen el mismo idioma y dejar de verlos como potenciales traidores es una misión que concierne a los dueños, a los ejecutivos que encabezan la organización o están llevando a cabo el proceso de transformación , porque es frecuente escucharlos decir que no quieren que sus empleados participen del procesos dado que “es probable que se vayan y con ellos se lleve parte de la estrategia, porque así son los empleados, se van más temprano que tarde”, no es el foco que se necesita definitivamente. También es muy común entre los ejecutivos temer por lo que sus empleados puedan decir en sus redes sociales en contra de la empresa, cuando muy por el contrario, los empleados deben ser el estandarte que porte la buena nueva de la transformación digital que se está llevando adelante. Y si sucede lo que tanto se teme, que efectivamente los empleados estén hablando mal de su propia empresa o emitan comentarios negativos en sus redes, el problema claramente no es del empleado, sino de quienes lideran la organización.

Diferencia entre transformación digital y marketing digital

Ambos conceptos aunque complementarios, difieren en el fondo. Tal como se mencionó antes, creer que hacer marketing digital (Web, mailing, SEO, SEM, RRSS, Métrica, Contenidos, etc.) es la forma de llevar a cabo el proceso de transformación en las empresas, no es correcto. El marketing digital es una pequeña parte de lo que las organizaciones necesitan, es más bien parte de la estrategia comercial que se levante para apoyar los procesos de comercialización y captación de clientes. La transformación digital es más profunda y se enfoca en la estructura organizacional de una empresa, en mejorar procesos en toda la línea productiva o cadena de valor, desde el ingreso de mercaderías hasta el servicio post venta, pasando por operaciones, salida de productos o servicios y la propia comercialización, todo en busca de innovaciones que permitan mejorar considerablemente algo de esta línea que en definitiva provea de una ventaja competitiva para, que en primer lugar, permanecer en la industria y luego generar un crecimeinto sostenido en el tiempo.

Fuente: Juan Merodio. @juanmerodio en sus redes sociales.

Como quiero ver el marketing

Tengo mis mentores en Internet a quienes dedico parte de mi tiempo diario para documentarme, absorber conocimiento y principalmente para saber cuáles son las tendencias en materias de marketing digital. La gran mayoría de estos especilistas son personas que si bien tienen su profesión y maestrías, se han formado en la experiencia, en la evidencia empírica, en la práctica, en el ensayo y error, etc. Y esto porque el mundo digital es tan dinámico que cuando terminaste la universidad, ya ha habido tantos cambios que la obsolescencias está a la vuelta de la esquina. Si, parece una locura, pero es una locura cada vez más cerca de la realidad.

Creo que hoy no podría cursar algún diplomado o maestría porque tengo la impresión de que al momento de comenzar ya le faltará actualización. Claro, aunque se que esto no es cierto, en lo que a marketing se refiere no me cabe ninguna duda de que algo hay en esta afirmación. En efecto tengo un MBA que hice luego de titularme de ingeniero comercial y por supuesto que esta es una gran base para entender los cambios que hoy estamos viviendo, tal vez esta misma base sea la que me hace visualizar esta premisa de que hoy las tendencias deban incorporarse al conocimiento a través de la experiencia, de la evidencia, de cómo otros están haciendo las cosas, pero ya no de los libros que fueron los cimientos de la administración, no obstante la base de todo sigue estando allí.

¿Es confuso verdad? No, no lo es, porque en mi caso la formación ya la tengo, ya estudié los libros. Ahora es tiempo de la experiencia y la práctica.

En pueblo chico el infierno es grande

Cuando la inspiración no llega, no llega no más. Llevo un rato sentado frente al computador y aun no logro dar comienzo con las palabras para este post. Aunque esto ya es un punto de partida. Me pasa que tengo muy claro lo que quiero escribir, tengo muy claro los conceptos, pero no doy con esa línea que me lleva a las siguientes. El punto es que estoy trabajando con algunos clientes que llegaron a mi buscando apoyo para posicionar la marca de sus respectivas empresas a través de estrategias de Marketing Digital. Todos, profesionales que alguna vez decidieron emprender y hoy están buscando mejorar su posición en el mercado local. Al poco andar, nos dimos cuenta de que cualquier estrategia de Marketing Digital que quisiera tener éxito necesariamente debería incorporar una estrategia de Marca Personal de él (ella) o los profesionales que se desempeñan en la organización.

El trabajo comienza con el micro análisis de la industria en la que se desenvuelven, para determinar más o menos dónde nos encontramos, qué debemos mejorar, cuales son las fuentes de ventajas competitivas, los principales problemas que debemos enfrentar y las oportunidades que están frente a nuestros ojos para el logro de los objetivos. Cuando se exponen todas las variables en la mesa, tienes la capacidad de ver aspectos que de otra manera no los observas y por su puesto que la experiencia juega un rol fundamental. Y es este el momento para “aterrizar” las estrategia al ámbito estrictamente local y definir que es lo que se adecua a cada empresa y profesional.

Los clientes a los que me refiero desarrollan sus actividades en Chillán, Talca y Los Ángeles, todas ciudades más o menos similares y las empresas aunque de diferentes rubros, tienen características también que van en la misma línea, empresas de servicios. Y es relevante porque en ciudades más bien pequeñas, con masa de potenciales clientes también disminuidas en comparación a grandes metrópolis, el peso de los profesionales que integran la empresa tienen un valor mayor, y mucho mayor, porque la decisión de compra tiene mucho que ver con el prestigio que tenga el profesional, siendo éste el que finalmente arrastre a la marca a mejorar su posición en el mercado. Ojo, que lo que expongo es que debe haber un complemento entre la estrategia que se defina para la empresa y el desarrollo de la marca personal de él (ella) o los profesionales que se desempeñan en cada una de las empresas.

Espacio para el ocio

Como ya era viernes, la decisión fue ir a realizar las grabaciones en compañía de mi “amor” y aprovechar de comer algo para comenzar lo que sería una de esas noches mágicas, que también arreglarían asperezas que durante la semana se generaron por algo que ya no me acuerdo. Al poco andar se coló mi hermano con su señora por lo que el grupo se amplió en algo más parecido a una salida programada y que luego del primer Sauers ya tenía claro como terminaría. Como siempre en noches de juerga, la más pequeña de mis hijas había quedado en casa con la, a esta altura, muy salvadora “nana” de mi mamá, ahí sabemos que está en buenas manos y podemos dar rienda suelta al frenesí de “la mejor noche” de mi vida (he tenido muchas mejores noches a lo largo de mi existencia eso si)

El trabajo es el trabajo así es que lo primero fue hacerlo para luego entregarnos a lo que yo llamo mi “cable a tierra”, muy necesario para hacer descansar tu mente y cuerpo del estrés propio de las largas jornadas de trabajo de la semana en curso, trabajo que por cierto no para durante el fin de semana, pero que es muchísimo más relajado y decididamente menos concentrado, pero no por ello poco productivo. Soy de los que les gusta trabajar entre el boche familiar sacando el mejor partido a esas horas tan energizantes. Es cierto que el tipo de trabajo cambia, lo uso más para escribir, leer, documentarme y aprender, sobre todo aprender, tengo mucha hambre de aprender.

Aunque parezca lógico, las horas de ocio son súper necesarias y totalmente recomendables. La vida no puede ser todo trabajo, o sea, puede ser pero no debe, porque hay que dar rienda suelta a actividades más bien “sociales”, lo pongo entre comillas, porque cada cual buscará su manera de liberar tensiones, a algunos les gustará estar en casa viendo TV, leyendo, jugar con sus mascotas, salir con la familia, no se, lo que sea les guste hacer, hay que hacerlo. A mi me gusta hacer deporte, mucho deporte y al menos una vez a la semana, salir a bartolear con mi amiga con ventaja, compartir con amigos y lo que la noche me ponga en frente.

¿Fracasar por un descuido? No queremos eso

Comenzar un emprendimiento no es cosa de llegar y hacerlo, no señores. Muchas veces los “NO” considerados son los que finalmente tiran por tierra el negocio y con ello me refiero a todos aquellos trámites administrativos que debemos realizar para echar a andar una actividad, muchos de los cuales son imprescindibles y definitivamente un lastre si no les das la importancia que necesita en el tiempo que lo requiera.

Olvidé las veces en las que me he encontrado con clientes que andan tras asesorías de marketing para su emprendimiento porque aparentemente el negocio está listo para dar inicio a su actividad, sin embargo, lo han visto retrasado por un “maldito” permiso (según sus propias palabras) u otros documentos que olvidaron o no sabían debían tener y que su trámite tarda meses. Meses!!! Una eternidad para aquel que tiene todas sus fichas puestas en comenzar lo antes posible, pero que por lo NO considerado, imposible hacerlo. En una gran mayoría de casos , este problema o los hace fracasar o los deja suficientemente dañado como para retrasar la escalada del proyecto.

Los trámites administrativos son necesarios e indispensable muchas veces para poner en marcha un negocio y como generalmente no hay quien más los realice, debemos hacerlos personalmente. Entonces vale la pena considerarlo dentro del proyecto, ¿no es verdad?. Es que es normal que la concentración esté fijada en aquello que genera valor, el producto o servicio, el proceso productivo, el marketing, los insumos, los recursos, etc. Si te fijas los trámites administrativos quedan siempre para el final y eso definitivamente es algo que te va a afectar.

Tengo un cliente que decidió contratar en febrero porque a comienzos de marzo partiría con su emprendimiento. Él compró publicidad en NOS Magazine y por mi parte prestamos el servicio como lo hacemos siempre y además con muy buenos resultados, estaban todos felices porque comenzarían con el pie derecho. Cuál fue mi sorpresa cuando en junio (4 mese después de lo previsto) conversé con él y me cuenta que por una traba en el servicio de salud aún no podía ni siquiera hacer la marcha blanca del proyecto, estaba reventado y todo por un “maldito” papel. Culpó al gobierno, a la burocracia estatal, a medio mundo, pero jamás reconoció el grave error de no prever el famoso permiso.

Entonces, la sugerencia para toda persona que pretende comenzar un emprendimiento es investigar en todas sus fases desde un análisis interno de la industria en la que se desarrollará (Cadena de Valor), pasando por un análisis del micro entorno (proveedores, clientes, sustitutos, competidores e intensidad de la rivalidad) y finalmente un análisis del macro entorno (político, social cultural, económico, legal – para el caso en cuestión más arriba –  y tecnológico), para recién allí evaluar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas… Entiendo que por mi profesión tengo cancha en esto, pero créanme que es lo básico que debemos hacer para emprender, porque de lo contrario es jugar con la suerte, y la suerte para mi no existe.

Buenas noches…

Cuando la jornada laboral se extiende

Es común que las hora de trabajo se extiendan muy por sobre lo habitual para un emprendedor, mucho más allá de la jornada laboral normal de un individuo promedio. Si bien en países desarrollados la tendencia es a disminuir el horario de trabajo en beneficio del tiempo que se usa para el ocio, no es la regla para los emprendedores que por el contrario, muchas veces, recién en el ocaso de la tarde comienza la faceta más relevante, la de la planificación estratégica. Eso si, no implica que sea algo que no queramos o hagamos de mala gana. Aún no conozco a un emprendedor que no le gusta lo que hace, incluso cuando su desgaste haga caer lágrimas de desencanto, desesperación y desilusión.

Quien decide emprender, decide vivir para lograr su objetivo, y si bien parece un “cliché”, hay varios miles de emprendedores que me darán la razón. Por cierto, esta idiosincracia casi nunca es entendida por quienes nos rodean y viven de manera más bien pasiva esta aventura.

En lo personal no me molesta trabajar sábados y domingo o fuera de horario porque hago lo que quiero hacer y me gusta, concentrado además en el sueño de lograr las metas planteadas… Cada vez que trabajé para un empresa, jamás estuve tan a gusto como lo estoy cuando trabajo en mis proyecto, amo lo que hago y ese solo hecho ya hace que valga la pena…