Sin emoción no hay conexión

La aparición del Marketing Digital no ha hecho más que complejizar el escenario para marketeros y comunicadores. Contrario a lo que el común de las personas cree, que las plataformas digitales llegaron para facilitar la gestión de moros y cristianos, que cualquiera entonces puede hoy embarcarse en un proyecto y manejar de manera exitosa sus campañas de marketing, que es cosa de mostrar sus productos en redes sociales para, de un “suácate”, vender todo. Mucho más común todavía es escuchar que el costo económico de todo esto es muy, pero muy menor a lo que estábamos acostumbrados a pagar en lo que algunos llaman “la vieja escuela del marketing”, esa de lápiz y papel, esa de pruebas de color, de producción fotográfica, de debatir tácticas para una estrategia eficaz y un mundo que hoy sigue muy vigente pero que además debió incorporar todo lo nuevo de la digitalización del marketing.

Voy para mi cuarto año respirando marketing digital y aún creo que no he recorrido ni el 20% del camino del aprendizaje, considerando que uso al menos dos hora al día para formarme, para investigar lo nuevo que a cada minuto sigue apareciendo, para escuchar a quienes lideran en conocimiento y experiencia, para avanzar en los cursos sobre el uso de las distintas plataformas (Facebook Ads y Google Ads por nombrar las más conocidas). De verdad que podría escribir los 3 mil quinientos caracteres de esta columna enumerando herramientas, plataformas y soportes que sustentan esta revolución del marketing y la comunicación. Pero mi objetivo tiene más que ver con hacer ver que esto no es para cualquiera, que como todo en la vida requiere de esfuerzo y sacrificio, además de la importancia superlativa que tiene la experiencia, esa de hacer, probar y fallar, no una, sino que varias veces. Me parece clarificador mencionarlo, porque los expertos en cualquier materia se han vuelto tales después de años, incluso de una vida dedicándose en cuerpo y alma a su especialidad y solo así lograron ese calificativo. La capacidad humana tiene límites evidentes, imposibles de obviar y en tal sentido no podemos insultar la inteligencia de quienes contratan nuestros servicios como especialistas en tal o cual materia.

En ese mismo orden ¿Porqué nombro estos dos elementos, marketing y comunicación, juntos?, simple, porque ninguno de ellos puede sostenerse sin el otro y es allí donde quiero detenerme. Sin importar las nuevas tecnologías, estos conceptos mantienen el mismo fondo que cuando los escuchamos como conceptos por primera vez, solo ha cambiado la forma de presentarlo, pero su eficacia sigue teniendo en la primera línea la emoción, el cómo se cuenta la historia, en su capacidad para llegar en lo más profundo del sentimiento de las personas. Si es cierto, no podemos olvidar que “somos lo que sentimos” y ello finalmente es la influencia en el poder de compra. Porque aunque las personas crean que sus decisiones de compra están basadas en la razón, esto no es así, casi siempre se basan en factores emocionales subconscientes establecidos previamente entre una marca y su audiencia. Me gustaría poder seguir profundizando pero solo quiero graficar lo importante que es la historia, el cómo se cuenta para emocionar, hacer sentir y generar esa conexión permanente y duradera con los consumidores. Esa historia en la que el guión se sigue desarrollando con lápiz y papel.

Método de integración para la transformación digital

Como ya estamos en presencia de la cuarta revolución industrial, la que hoy se denomina Revolución Digital o Transformación Digital. Casi apocalípticos presagios se escuchan en las plataformas digitales de quienes estudian el tema, y lo que más se dice tiene que ver con que “las empresas que no se incorporen a este proceso de transformación están destinadas a morir”. Aunque es verdad, un análisis más profundo determina que esto no es nada nuevo, porque en general, desde siempre hemos visto cómo el mundo y la sociedad han ido evolucionando sin pausa, dejando como únicamente constante al cambio y quien no se adapte a estos cambios, lógicamente va a desaparecer. Es una cuestión de criterio que usa conceptos sofisticadamente alarmistas para definir de qué se trata este cambio.

Pero la exageración es parte del ser humano por un lado, y por otro, como personas nunca hemos sido muy certeros en nuestras proyecciones de futuro, ya que en la mayoría de los casos no hemos dado en el “clavo” cuando tratamos de predecirlo. Pero después de largas jornadas de análisis, quiero ser portador de una voz de calma y tranquilidad porque claro, si no nos incorporamos al proceso inevitable de transformación digital, efectivamente las empresas tienen mayores posibilidades de desaparecer. No obstante, incorporarse a la Digitalización está al alcance de cualquier empresa y por tanto generar una ventaja comparativa desde la introducción de nuevas tecnologías al proceso productivo, es una posibilidad real para pequeños y medianos empresarios, toda vez que las mismas herramientas disponibles para las grandes empresas también están disponibles para los más pequeños. En este sentido la decisión de iniciar un proceso de transformación digital está en la personas que lideran cada una de las organizaciones, sean estos propietarios o dueños, gerentes o directores. Como siento que las Pymes son más vulnerables, prefiero centrar mi análisis en ellas y desde esta tribuna aportar con un grano de arena a que por lo menos sean capaces de entender cómo y porqué deben ser parte de esta cuarta revolución industrial.

El proceso si bien no es algo tan sencillo y probablemente requiera de un tiempo, constituye 5 pasos fundamentales que si se siguen con prolijidad, facilitará la integración exitosa hacia transformación digital.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que esto es un proceso de medio y largo plazo, por lo que requiere del compromiso permanente de la alta gerencia y dueños de cada organización. Esta digitalización es un cambio que afecta a toda la empresa y genera rechazo, por lo que será fundamental también trabajar la cultura organizacional, no solo para aceptar este cambio sino que para hacerse parte de él.

Para definir un método de transformación digital he tomado un modelo simple de análisis de gestión de 4 pasos (diagnóstico, planificación, ejecución y control) adaptándolo para incorporar aspectos relacionados con la el proceso de transformación propiamente tal.

1.-  Conocimiento y análisis de las tecnologías que existe en el mercado: Aunque suene bien «cliché» esto de que la tecnología cambia a la velocidad de la luz, no deja de ser una verdad del porte de un estadio. Hoy existen nuevas tecnologías que están haciendo un aporte importante al proceso de transformación y si bien algunas de ellas son bastantes onerosas, es probable que con el paso del tiempo sus costos tenderán a disminuir. Aún asi, hay muchas otras que si están al alcance y que podrían servir para lograr una sana transformación. Es en este contexto que se hace imprescindible conocer todas y cada una de las tecnologías existentes para que en el análisis y diagnóstico podamos determinar qué sería significativo incorporar y qué no. Tal vez, incluso la incorporación de tecnología de alto costo, pudiera significar mejoras tan importantes que bien valga la pena la inversión.

2.- Diagnóstico y análisis: Partir determinando cuál es la situación actual de la empresa y también de la industria en la que se desenvuelve es el trabajo previo al proceso de transformación, porque en esta etapa determinaremos en primera instancia un diagnóstico «digital» de la empresa y en una segunda etapa, la del análisis, nos permitirá identificar las actividades dentro de la cadena de valor que son factibles de integrar tecnología para mejorar y optimizar procesos, la comunicación, los tiempos de entrega, atención al cliente, etc. generando las ventajas competitivas propias de un proceso de transformación digital.

3.- Entendiendo la Transformación Digital: Dentro del proceso de transformación la tecnología es de sumo relevante, sin embargo, las personas que integran la organización son finalmente quienes interactuarán con las nueva tecnologías que se incorporen y son ellos los llamados a seguir provocando cambios productivos y creativos basados tal vez en los nuevos procesos que se están generando a raíz de la misma transformación. Por lo tanto, es preciso educar y preparar primero a quienes liderarán este cambio y segundo a quienes operarán el cambio, entendiendo este último como la ejecución e interpretación propiamente tal. La personas deben estar preparadas también para recibir a quienes integrarán las nuevas tecnologías dentro de los procesos y recibir de ellas la formación necesaria para que sea la empresa quien se haga cargo una vez comience la parte operativa. La transformación digital viene de la mano de la transformación cultural de la organización.

4.- Ejecución y Control: Ya estando todos los cabos atados y las personas preparadas, es momento de dar marcha blanca al proceso a través de la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos que previamente se han definido. Si bien la Transformación tiene que ver con las tecnologías que se puedan incorporar, también hay un fuerte componente humano en el aprovechamiento de dichas tecnologías una vez están operando, para ir identificando los beneficios de las optimizaciones, de los cambios en el modelo, de las mejoras en la comunicación interna y externa, de la orientación hacia la innovación continua, o cualquier actividad que permita generar ventajas competitivas que la industria aún no ha capturado.

5.-  Seguimiento: Como todo cambio requiere de un tiempo para que los beneficios se hagan sentir y por cierto que el control de las actividades dentro de la cadena de valor juega un rol fundamental, es momento de medir y calibrar el estatus de la transformación digital que se está llevando a cabo. A esta altura del partido los cambios debieran ser notables y la medición algo natural de los procesos.

Como ven, esto es parte de un trabajo que estoy llevando a cabo para crear una metodología que permita identificar las oportunidades de transformación que cada empresa pudiera tener. Los pasos los he determinado en base a lo que hoy es la tendencia entre los especialistas y su análisis en base a la adaptación de conocimientos propios de herramientas de administración modificadas para integrar las nuevas tendencias de la revolución industrial, la cuarta según los entendidos, la de la Transformación Digital.