El smatphone es solo una herramienta

Cuántos memes corren por ahí caracterizando lo idiotizados que estamos con nuestros smatphone. La imagen es típica, una mesa con 5, 6 o las personas que sean, mirando sus teléfonos mientras uno, solo uno está tratando de socializar en la reunión. «Manga ancha» para los típicos detractores de la tecnología que exponen esa ya agotada y muy manoseado «yo no entiendo la gente de hoy, antes jugábamos todo el día en la calle y no teníamos celulares. Lo pasábamos bien, mucho mejor que ahora». Obvio, eran otros tiempos. En lo personal me parecen patéticas las comparaciones y realmente detesto

a ese personaje que se da ínfulas de ser un humano que vivió mucho mejor que como se está viviendo hoy. Sin datos y solo por mi intuición, pero casi con certeza puedo asegurar de que el avance del tiempo va mejorando la calidad vida en general. Somos más personas en la tierra, pero proporcionalmente hay menos muertes, menos hambruna, aumenta el promedio de vida de la población, todos datos infalibles que apoyan lo que estoy diciendo. Antes los viejos se veían viejos, hoy a mis 48 creo que estoy en la mitad de la vida, aunque desde los 40 que vengo diciendo lo mismos. Pero, si retrocedemos unos cuantos cientos de años hacia atrás, el promedio de vida era 50? 45?, la verdad no se pero las enfermedades no tenían cura, las guerras mataron más hombres proporcionalmente de los que hoy mueren. No se.

Pero, y volviendo al tema de la tecnología, es un embuste asociar el teléfono a los vicios que hoy estamos viviendo, porque es una herramienta más y tan completa que no puedes saber con exactitud qué está haciendo la persona que está mirándolo. Porque convengamos que hoy tenemos múltiples actividades en la mano que se pueden desarrollar con tal eficiencia que si no la tuviéramos definitivamente caeríamos en la ineficiencia absoluta. Por enumerar solo algunas actividades que podemos hacer con nuestros Samtphone, por ejemplo, conversar con tu hijo o hija, enviar un correo urgente, mirar como se comportó tu corazón durante el día o cuando hiciste ejercicios, leer un libro, ver una noticia, jugar un juego por cierto, organizar un proyecto, editar un video o fotografía, cerrar un negocio, enviar una cotización, prestar un servicio, escuchar un audio, comprar, transferir, invertir y un largo etc. Entonces, es cierto que a veces están todos pegados al teléfono mientras se comparte una mesa, pero no menos cierto es que se generaliza tanto que algunos llegan a restringir su uso al punto perjudicar actividades que son necesarias o festinar con ello como si fueras los seres perfectos. Todos sabemos que son los actos los que determinan a las personas y que es muy difícil encontrar personas que no tengan tejado de vidrio.

En mi caso particular, mi «pierna pelá» por ejemplo no se molestaría si yo estuviera durmiendo por 2 horas a su lado mientras ella ve una película, sin embargo, otro gallo cantaría si es que esas mismas dos horas, igualmente a su lado, hubiera estado haciendo cualquiera de las actividades que mencioné antes con mi smartphone.