Cómo me veo para el 2020

Reconozco que estas últimas semanas me ha costado levantarme. Luego de un año completo saltando a las 6 am, este diciembre ha sido imposible hacerlo antes de las 7 am y con mucha dificultad, como que siento ese cansancio que me invita a dormir hasta más no poder. Y yo que nunca he sido de los que duerme más de 6 horas, ni menos tomar una siesta a media tarde.

 

El trajín de un año que venía bien, pero que de golpe cambió para tocar nuestras vidas sin distinción y darnos un remezón de esos que imagino tendremos solo un par de veces en la vida, está causando algunos estragos en mi cuerpo y mente que hoy me pasan la cuenta.

Con todo, el año 2019 ha sido de mucho aprendizaje, de experimentar nuevas herramientas y sistemas de trabajo, de pensar mi rumbo laboral y definir que es lo que quiero, de observar mi negocio desde los fríos números dejando de lado las emociones que harto me ha costado separar, de eliminar definitivamente lo que me resta al costo que sea porque hace un par de años decidí que ya es tiempo.

En lo personal tengo la fortuna de estar resuelto, con una hermosa familia, estrujando cada segundo para seguir cultivándola. Creo que no basta con tener algo lindo, sino que es necesario hacer un esfuerzo para que cada día algo nuevo alimente ese amor que se ha fortalecido con el paso de los años. No todo el mundo puede decir esto con la convicción que lo hago, de hecho hace un par de años no lo sentía como hoy y eso si que es significativo.

¿Qué quiero para el 2020? Me he propuesto este 1 de enero escribir mis objetivos y ponerlos en perspectiva para generar mis actividades en torno a ellos. Sin embargo, de manera genérica podría decir que quiero más formación, asistir a eventos que me entreguen conocimiento, más libros que leer, que la emoción no domine mi pensamiento, más rentabilidad de mi negocio, menos personas tóxicas, en contrapartida rodearme de personas a fines.

Hace dos años me propuse hacer lo que me gusta y construir un negocio en torno a ello. Hoy quiero consolidarlo creando activos que me permitan la libertad financiera tan necesaria para seguir haciendo lo que me gusta. No hay nada más reconfortante que levantarse para hacer algo que realmente llena el alma.

Este creo que será mi mayor reto para el 2020, eso si, con los pies bien puestos en la tierra porque en la vida nada se da porque si no más, todo requiere voluntad, sacrificio y disciplina. Estos tres elementos los podría graficar de la siguiente forma: La voluntad es el querer hacer las cosas, ganarle al letargo y a la procrastinación, mantenerte firme en tus convicciones aún en la derrota. El sacrificio es trabajar duro mientras el resto seguro está divirtiéndose. La disciplina, es la capacidad de hacer lo que te has propuesto de manera programada y constante en el tiempo para el logro de tus objetivos. Si conjugas estas tres variables en tu vida, no tengo duda alguna que más temprano que tarde concretarás tus pretensiones. Esa es mi convicción.